* * * Antonio
José de Sucre y Alcalá, fue un hombre de indoblegable actitud libertaria y
vigilante de la probidad.
Un día como hoy hace 224 años, un 3 de febrero de 1795, nace en Cumaná Antonio José de Sucre y Alcalá, fue un militar y político venezolano, quien se plegó a la causa emancipadora, como Abanderado de Ingenieros, participó en la campaña de Miranda (1812) contra los Realistas, durante la cual ascendió a Teniente.
A pesar de haber sido integrante de
una familia de larga tradición militar al servicio de la Corona española, su
padre apoyó la causa emancipadora desde sus inicios, acción que emuló Sucre.
Al término de sus primeros estudios en la escuela fundada por su tía, María de Alcalá, en la ciudad natal de Cumaná, se trasladó a Caracas, capital de Venezuela, donde ingresó en la Escuela de Ingenieros del coronel español Tomás Mires.
Como militar se formó en los valores de orden, disciplina y autoridad, al tiempo que realizaba estudios de matemáticas, agrimensura, fortificación y artillería.
A los quince años se alista en el ejército patriota como alférez de ingenieros y participa en la campaña de Francisco de Miranda (1812) contra los realistas, durante la cual fue ascendido a Teniente.
Tras la derrota de este primer intento emancipador, se refugió en la isla caribeña de Trinidad, donde entabló contacto con el prócer Santiago Mariño, a quien siguió en 1813 en la expedición de reconquista de Venezuela, en la que tomó Cumaná e intervino en la organización del ejército de Oriente y nombrado teniente coronel debido a los éxitos logrados.
Tras el fracaso de este primer intento emancipador, se refugió en la isla de Trinidad, donde entabló contacto con Mariño, a quien siguió en 1813 en la expedición de reconquista de Venezuela, en la que tomó Cumaná e intervino en la organización del ejército de Oriente. Su arrojo y sus dotes para la guerra determinaron su ascenso a Teniente Coronel, tomó parte en la ofensiva sobre Caracas. Vencido su ejército en Aragua y Úrica, debió huir para no ser apresado por los Realistas.
En 1814, como Edecán del General Mariño, asistió a la unión de las fuerzas del Oriente con las de Occidente en los valles de Aragua (centro-norte de Venezuela), pero su Ejército es derrotado en Aragua y Urica, y tuvo que buscar refugio en las Antillas. En ese año, sus hermanos Pedro, Vicente y su hermana Magdalena murieron a manos del Ejército realista. No menos de 14 parientes cercanos cayeron durante el transcurso de la guerra de Independencia.
En 1815 participó en la defensa de Cartagena de Indias, desde donde pasó a combatir en la Guayana y el bajo Orinoco. Con el Grado de General de Brigada, marchó en 1818 a Angostura, donde Simón Bolívar había instalado su cuartel. Allí se ganó la amistad y el respeto del Libertador.
Enviado a las Antillas con la misión de obtener armas, a su regreso en el ejercito de Mariño, quien combatía en el Oriente venezolano; más tarde pasó al estado mayor de Bolívar y fue designado integrante de la comisión que firmó el armisticio y la regulación de la guerra de Santa Ana de Trujillo (1820) con el General Realista Pablo Morillo.
Al año siguiente, marchó al frente de un ejército en apoyo de la sublevación de Guayaquil, que tuvo su culminación en Pichincha, batalla librada en 1822. Con esta victoria de Sucre se consolidó la independencia de la Gran Colombia, se consumó la de Ecuador y quedó el camino expedito para la liberación de Perú, tras la renuncia de San Martín. Sucre entró en Lima en 1823, precediendo a Bolívar.
Participó con él en la batalla de Junín y, el 9 de diciembre de 1824, venció al Virrey La Serna en Ayacucho. El Parlamento peruano lo nombró Gran Mariscal y General en Jefe de los ejércitos. Al frente de éstos marchó al Alto Perú, donde proclamó la República de Bolivia en homenaje al Libertador, a quien encargó la redacción de su Constitución.
La Asamblea local lo nombró Presidente vitalicio, pero dimitió en 1828 a raíz de los motines y la presión de los peruanos opuestos a la independencia boliviana. Se retiró a Ecuador acompañado de su hija y de su esposa. Después ayudó a Colombia, invadida por el peruano José de la Mar, a quien derrotó en Portete de Tarqui.
En los primeros meses de 1825, al frente del Ejército del Sur, Sucre liberó el Alto Perú (actual Bolivia) y convocó una Asamblea Constituyente para que sus habitantes decidieran los destinos de dicho territorio.
Se presentaron tres tendencias: una a favor de la anexión al Río de La Plata, entidad territorial que estableció la Corona española en América como parte integrante del Imperio español.
Otros estaban a favor de la anexión a Perú, y la tercera a favor de la independencia. Triunfó la propuesta de independencia y el 6 de agosto de 1825 se promulgó y se nombró a Sucre presidente de Bolivia. Siempre leal al Libertador, Sucre pidió a Bolívar que redactase una Constitución para la nueva nación: la república de Bolivia.
Entre otros asuntos, como presidente de Bolivia impulsó la organización de la Hacienda Pública, promovió la libertad de los esclavos, distribuyó tierras entre los indios y dio el empuje decisivo a la educación, creando colegios superiores y escuelas primarias en todos los departamentos del país.
Renuncia al cargo en el año 1828 a
raíz de los motines y la presión de los peruanos opuestos a la independencia
boliviana. Se retiró a Ecuador acompañado de su hija y de su esposa, Mariana
Carcelén y Larrea, la marquesa de Solanda.
En 1829, Colombia requiere sus servicios para comandar el Ejército que enfrentaría la ofensiva peruana en el sur del Ecuador. El 27 de febrero de 1829 triunfa en la Batalla del Portete de Tarquí y ofrece a los vencidos una capitulación que es modelo de generosa fraternidad americanista, fiel a su lema que "Nuestra justicia era la misma antes y después de la batalla".
Decidió entonces regresar al retiro al lado de su esposa; juntos se instalaron en la hacienda de Chishince, en Quito.
Su hija Teresita, que vivirá sólo 2 años, nació el 10 de julio de 1829. En La Paz le había nacido un hijo, José María, fruto de una relación con Rosalía Cortés, el 13 de enero de 1826.
La provincia de Cumaná, a la que guardó permanente afecto lo escogió como su representante al Congreso.
A principios de 1830, la Gran Colombia -que se encontraba bajo proceso de desintegración- convocó en Bogotá el que sería su último congreso. Sucre participó como representante de la provincia de Cumaná y nombrado presidente del evento.
El Gran Mariscal de Ayacucho apeló al diálogo la concertación con los departamentos que conformaban la República. Como parte de la estrategia, Sucre encabezaba la comisión que iría a Venezuela -que para la fecha había entregado el poder a José Antonio Páez y desconocía la autoridad de Bolívar- para negociar la reversión de esa decisión.
El 4 de junio de 1830, cuando regresaba a encontrarse con su familia en Quito, el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre fue asesinado de un balazo que le causó la muerte de manera inmediata al momento que cruzaba el sendero estrecho de Cabuyal de las montañas de Berruecos (sur de Colombia). La conjura fue ordenada por José María Obando, jefe militar de la provincia de Pasto.
Antonio José de Sucre y Alcalá, el Gran Mariscal de Ayacucho, fue un hombre de indoblegable actitud libertaria y vigilante de la probidad. Castigaba sin vacilar los crímenes, vicios y corruptelas, pero fue magnánimo con enemigos y adversarios vencidos. Siempre resaltó de Sucre los valores del patriotismo suramericano, el honor, de la gratitud y la lealtad.
En la última carta de Antonio José de Sucre a Simón Bolívar, escrita en Bogotá el 8 de mayo de 1830, dice:
"No son palabras las que pueden fácilmente explicar los sentimientos de mi alma respecto a usted Libertador. Usted los conoce, pues me conoce mucho tiempo y sabe que no es su poder, sino su amistad la que me ha inspirado el más tierno afecto a su persona. Lo conservaré, cualquiera que sea la suerte que nos quepa, y me lisonjeo que usted me conservará siempre el aprecio que me ha dispensado. Sabré en todas circunstancias merecerlo. Adiós, mi general, reciba usted por gaje de mi amistad las lágrimas que en este momento me hace verter la ausencia de usted. Sea usted feliz en todas partes y en todas partes cuente con los servicios y con la gratitud de su más fiel y apasionado amigo".
Durante veinticuatro horas permaneció insepulto su cadáver, hasta que una comisión de La Venta le dio sepultura en la misma selva, en el punto llamado La Capilla. Hoy sus restos están sagradamente vigilados por los ecuatorianos en la Catedral de Quito. La capital oficial de Bolivia lleva su nombre. (Prensa Oficina de Comunicación Alternativa y Medios Electrónicos ZE – Mérida // Ángel Timaure)
Un día como hoy hace 223 años nace en Cumaná Antonio José de Sucre y Alcalá, un 3 de febrero de 1795 |
Fue designado integrante de la comisión que firmó el armisticio y la regulación de la guerra de Santa Ana de Trujillo (1820) con el General Realista Pablo Morillo. |
Participó con él en la batalla de Junín y, el 9 de diciembre de 1824, venció al Virrey La Serna en Ayacucho |
En 1828 se retiró a Ecuador acompañado de su hija y de su esposa, Mariana Carcelén y Larrea, la marquesa de Solanda |
El 4 de junio de 1830 fue asesinado de un balazo que le causó la muerte de manera inmediata al momento que cruzaba el sendero estrecho de Cabuyal de las montañas de Berruecos (sur de Colombia) |
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