Elías Jaua Milano
Finalmente, como era de esperarse, la contrarrevolución se paró de la mesa de diálogo en República Dominicana, no tenían autonomía para firmar un acuerdo que le brindara a nuestro pueblo estabilidad política y económica de cara a las elecciones presidenciales de este año 2018.
La causa, de esta patada al derecho a la paz que tiene la familia venezolana, radica en que la dirigencia opositora no le garantiza al imperialismo norteamericano y a la oligarquía bogotana, que en un proceso electoral en buena lid, obtengan un triunfo sobre el chavismo. Por eso le dieron la orden de no asistir. Es triste decirlo, esos compatriotas han entregado su alma al diablo, han hipotecado su derecho a la autodeterminación política.
Como lo expresó el compañero Presidente Nicolás Maduro, nos toca a nosotros seguir adelante con nuestro proceso democrático para preservar la soberanía nacional. Nos toca seguir adelante, por encima de las crecientes sanciones unilaterales e ilegales; de la amenaza terrorista activada; del bloqueo financiero de facto que nos han impuesto. El cielo encapotado anuncia tempestad, pero el Sol tras de las nube anuncia libertad.
La opción revolucionaria como nos enseñó nuestro Comandante Chávez es triunfar. La opción revolucionaria es prepararnos para ejercer masivamente nuestro derecho a la autodeterminación nacional, votando por millones en las venideras elecciones. La opción revolucionaria es profundizar la democracia participativa y protagónica, restituyendo la apuesta por lo comunal, por el ejercicio del poder popular en lo concreto, en el territorio.
La opción revolucionaria es confiar en las capacidades productivas instaladas en manos del Estado y del pueblo, que Chávez nos legó. Reconozcamos al sector privado, de acuerdo, tienen la hegemonía de la importación, producción y distribución, pero no son ellos los que nos van ayudar a seguir adelante en medio de esta agresión imperialista. “No seamos tercos, morrocoy no sube a palo, ni cachicamo se afeita”, repito con nuestro Comandante Chávez.
La opción revolucionaria es liberar los poderes creadores de nuestros científicos, profesionales, trabajadores, campesinos promoviendo la innovación, la producción, la reactivación de los factores y medios de producción que la Revolución Bolivariana colocó en manos de la Nación, en manos del pueblo.
La opción revolucionaria es abrazarnos a la ética, en medio de la cruenta batalla que libramos. Una ética política que inspire, que conmueva, que incluya, que transparente la lucha, que convoque a las grandes mayorías en defensa de nuestra Independencia y de los derechos conquistados en Socialismo. Liderazgos que postulen y practiquen virtudes son los que mueven a los pueblos a librar grandes contiendas históricas.
La opción de los revolucionarios venezolanos, de las revolucionaras venezolanas es reunificarnos en torno a los postulados de Chávez, el proyecto del Socialismo Bolivariano del Siglo XXI; y contra el enemigo principal de nuestra Independencia. Con Alí Primera cantamos “Sé que hay un enemigo, es el imperialismo y a él lo venceré. Con la lucha no más es que el yanqui se va, con la lucha no más la miseria se va”.
Nuestra opción es conquistar la victoria en buena lid, pero no cualquier victoria, necesitamos una victoria democrática, popular, revolucionaria, socialista, bolivariana. ¡Una victoria Chavista!
También podrás leer este y otros artículos de interés publicados por el Ministro del Poder Popular para la Educación Elías Jaua Milano en su página "Horizonte en Disputa", por lo que te invitamos a pulsar el siguiente enlace:
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