Elías Jaua Milano.
El mundo está al revés, razón tenía Eduardo Galeano; ahora el gobierno de Donald Trump amenaza a Venezuela porque vamos a votar el 30 de julio de este 2017 y la mal llamada Mesa de la Unidad Democrática, que ni es unitaria y mucho menos democrática, tranca el libre tránsito, destruye y quema la propiedad pública y privada, para evitar que la supuesta dictadura comunista, contra la que dicen luchar, realice elecciones universales, directas y secretas en esa fecha. El infinito mensaje de paz de nuestro pueblo el pasado domingo 16 de julio, durante el ensayo electoral, los volvió locos.
Esta sinrazón es producto de una dirigencia imperial y contrarrevolucionaria, divorciada del sentir democrático y de paz de la mayoría nacional, y lo que hace es reafirmar nuestra convicción de que en la Venezuela de hoy el voto es un instrumento de transformación revolucionaria. Es por ello que el gobierno imperial pretende repetir la triste historia ejecutada durante todo el siglo XX, de imponer dictaduras o aniquilar a la dirigencia popular para que los pueblos no eligieran a sus propios líderes, que es decir su propio destino.
Frente a esa historia nos rebelamos y abrimos, bajo el liderazgo de nuestro Comandante Chávez, el camino pacífico, democrático y electoral a la Revolución Bolivariana, y este próximo 30 de julio ejerceremos nuestro ganado derecho a votar.
Vamos a elegir a los y las constituyentistas que, junto al pueblo noble, despejaremos en ejercicio de nuestro poder originario el horizonte hacia la paz, la estabilidad, la prosperidad, la rectificación de errores y la profundización del poder popular.
Existen sobradas razones para ir a votar el 30 de julio, pero hoy por hoy, para mí, la más importante es decirle al Imperio y a la cipaya oligarquía colombiana que a mi Patria no la van a patotear. Con Bolívar digo, así el mundo entero se empeñe en negarnos el derecho a elegir constituyentes, yo sí voy a votar.
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